Javier Iglesias, carnicero artesano, es discípulo de dos maestros del oficio:
Alejandro padre e hijo. Aunque en aquellos años las carnicerías tenían otra forma y color, los cimientos en su base eran los mismos que ahora: limpieza, orden y buen corte.
No somos clientes de mataderos, entradores, tratantes, salas de despiece, ni ningún otro tipo de intermediarios de la carne, ni siquiera de ferias de ganado.
Damos al cliente calidad, siempre cercana y certificada. Si la materia no es nuestra, es del paisano ganadero de aquí cerquita, producto local o nacional.